jueves, 11 de agosto de 2011

Ganadores del Primer Festival de Cine y Video Rodolfo Maya


Primer Festival de Cine y Video ‘Rodolfo Maya’
Por la memoria y la resistencia de los pueblos

ACTA DE LOS JURADOS

El día 3 de Agosto de 2011, en la Vereda Guabito del Resguardo Indígena de Lopez Adentro (Cauca), nos reunimos los/as jurados/as del Primer Festival de Cine y Video ‘Rodolfo Maya’ -organizado por el Tejido de Comunicación y Relaciones Externas para la Verdad y la Vida de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca- con el objetivo de deliberar y elegir las piezas audiovisuales ganadoras de ese certamen audiovisual en sus categorías documental y ficción.
En cuanto a la categoría documental, llama la atención el alto número y la calidad de los trabajos participantes en términos del tratamiento de los temas documentados y de los recursos estilísticos usados, siendo una muestra de enorme riqueza sobre diversas problemáticas que enfrentan los sectores populares (especialmente rurales e indígenas) de América Latina, desde Bolivia hasta México: despojo de tierras, amenaza de soberanía alimentaria, violencia de grupos paramilitares y de fuerzas armadas estatales contra la sociedad civil y los movimientos sociales, impactos ambientales y sociales generados por la explotación de recursos naturales (especialmente mineros) por parte de gobiernos y de empresas multinacionales, desplazamiento de comunidades rurales a las ciudades y con ello pérdida de sistemas económicos, sociales y culturales propios, populismo de los gobiernos, machismo, racismo, exclusión, pobreza, entre muchos otros. Pero así como la muestra da cuenta de los problemas y conflictos, también lo hace, en la mayor parte de casos, de los procesos que las comunidades locales impulsan con tenacidad para hacerles frente y conquistar derechos que les han sido históricamente negados.

En cuanto a la categoría de ficción el panorama es distinto, especialmente en cuanto a número de participantes y, por tanto, a su variedad en términos temáticos y formales. A pesar de eso y como ocurre con la categoría documental, la calidad de los trabajos participantes en términos de narración, estilo, sensibilidad frente al tema y/o empeño por contar una historia aun cuando no se dispone de los mejores equipos tecnológicos ni del dominio suficiente de la técnica audiovisual, merecen nuestro mayor reconocimiento.

La disparidad entre ambas categorías nos lleva a tomar la decisión, con la anuencia de la organización del Festival, de re-distribuir los montos que componen la bolsa de premiación (originalmente $1.500.000 para cada categoría), así:

$2.200.000 para la categoría documental
$800.000 para la categoría ficción

De acuerdo a esa redistribución, procedimos a premiar cada categoría. En cuanto a la de documental, la paridad de los trabajos participantes –como dijimos antes- en términos de calidad técnica (investigación, guión, montaje audiovisual, etc.) y, aun más importante, en términos de su contribución política, social y cultural (a la memoria, la identidad y la capacidad de visibilización y agenciamiento político y de resistencia de las comunidades afectadas) hizo difícil la tarea de elección de los ganadores. Realmente, salvo algunas excepciones, todos los participantes merecen nuestro más sincero reconocimiento y felicitaciones; reconocimiento que nos hubiera gustado traducir materialmente, pero, como ocurre en cualquier festival audiovisual o de otra índole, el volumen de los recursos destinados para la premiación no justifica hacerlo. Ante la necesidad de elegir solo algunos y teniendo en cuenta los criterios de valoración antes indicados, declaramos como ganadores de la categoría documental a los siguientes trabajos audiovisuales:

“Nakua” de Hector Izaciga Correa
“El Pacífico colombiano, entre la vida, el desarraigo y la resistencia“ de Juan Manuel Peña
“Las Pavas, la hora del retorno” de Ricardo Torres
“La Casa” de Tayo Cortéz

En concordancia con el ánimo que inspiró el Festival Rodolfo Maya de servir como un espacio de visibilización y fortalecimiento de la mayor diversidad de procesos de creación audiovisual vinculados a procesos sociales de resistencia y construcción popular de alternativas colectivas de vida, decidimos, como jurados, no jerarquizar a los ganadores de la categoría documental, lo que implica una distribución igualitaria de los premios asignados, correspondiéndole a cada uno un reconocimiento económico de $550.000. El mismo criterio de igualdad queremos aplicar a la categoría de ficción, otorgándole a los siguientes trabajos un premio a cada uno de $400.000:

“E skwe quiere decir colibrí”  de Monica María Mondragón
“Mi sueño” de Wilson Martínez

Adicionalmente, definimos como ganadores de la Colección Audiovisual al documental Hogar Embera y a la ficción Zorzala. Por último, queremos otorgar una mención especial al documental El oro o la Vida y a la ficción Sin aire.

Esperando haber contribuido a tan importante evento audiovisual, firman los jurados/as

Martha Rodríguez

Camilo Aguilera Toro

Carlos Bedoya

NOTA ADICIONAL

La documentalista Marta Rodríguez, quien hizo parte del jurado del festival, consideró conveniente incluir el siguiente texto con el fin de contribuir al debate sobre los contenidos audiovisuales que se están realizando en Colombia. Lo firma de forma individual y no en representación de todo el jurado.

“Estoy enviando el concepto de las películas presentadas, en general eran películas de buena calidad, como por ejemplo la de Bolivia y Venezuela las cuales eran de realizadores conocidos y contaban con una gran producción; también habían películas de nuevos realizadores con producciones bajas pero bellas y creativas como el caso del joven de Pasto cuyo documental se llama “la casa” y recibió un premio.

Este concurso es de calidad y seriedad ya que asisten grupos étnicos y culturas indígenas. Películas realizadas sin ética, moral ni conocimiento lo que logran es crear problemas en las comunidades. La película de ficción “rio de sangre, las dos orillas” trata de un paramilitar que se encuentra con un tipo vestido de indígena que al reconocer que este cometió una masacre se venga, tornando el argumento de este netamente a la venganza.

El Cauca es una región en conflicto y las comunidades buscan una resistencia pacífica. Este tipo de películas dan a conocer a las comunidades que la salida es la violencia y vengarse de ellos con los mismos métodos que usan, lo mas inconcebible de esto es que fondos para el fortalecimiento del audiovisual apoyen económicamente este tipo de proyectos que no conocen la resistencia y la lucha que llevan las comunidades indígenas desde varios años. Esta película es una escuela de paramilitarismo, descuartizando y despareciendo humanos. En el Cauca buscamos como afrontar y solucionar la violencia sin violencia.

Un caluroso saludo y cuenten siempre conmigo.”

Marta Rodríguez de Silva

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